Entre los primeros deportes en poder ocasionar una lesión de rodilla está el fútbol. Lesiones de menisco, de ligamento cruzado anterior, o la lesión del tendón rotuliano son las que más se presentan. En un futbolista, la verdadera amenaza para su carrera, sea profesional o aficionado, son aquellas lesiones complejas que afectan a más de una estructura de la rodilla.
El hockey
Aunque no es un deporte que se practique en nuestro país, vale la pena mencionarlo. En cualquiera de sus modalidades: hierba, sala, hielo o patines, presenta riesgos, aunque cada una tiene sus características. En este deporte la lesión a la que los jugadores están más expuestos es la que se produce en el ligamento colateral medial, que es propenso al esguince debido a la posición de la pierna empujando desde la parte interna y el contacto contra la parte externa de la rodilla. La ruptura del ligamento cruzado anterior y desgarro de meniscos pueden también presentarse pero son menos comunes que en otros deportes.
Baloncesto
En el baloncesto, aunque un estudio reciente sobre lesiones en la NBA refleja que la lesión más frecuente es el esguince de tobillo, la que provoca más tiempo de baja es la lesión de rodilla, la tendinopatía rotuliana es la más común en este deporte.
Recordemos que el líder del equipo Chicago Bulls, Derrick Rose, tras la grave lesión de rodilla que sufrió comentó que es “la cosa más cercana a la muerte” que ha conocido.
Atletismo
La lesión más habitual de la rodilla al correr es la tendinitis rotuliana, siendo como vemos en este post, una de las lesiones por excelencia en el deporte. Consiste en la inflamación del tendón rotuliano, una de las zonas más expuestas a sufrir de nuestras piernas y que soporta mucho impacto debido a la articulación tipo bisagra de la rodilla.
La rodilla del corredor aúna todos los posibles dolores que suelen sufrir los corredores, tanto de competición como aficionados: desde la condropatía rotuliana hasta la tendinitis tibial, pasando por otros menos conocidos pero igualmente frecuentes como el síndrome compartimental crónico.
Natación
La natación es uno de los deportes más completos y que más grupos musculares trabaja. De hecho, es un deporte que se prescribe para tratar otras muchas lesiones, incluso en el caso de que sean de rodilla. Si bien es verdad, que el nadador profesional, debido a la intensidad y a las horas de ejercicio si tiene defectos en la técnica o realiza un sobreuso puede sufrir principalmente de tendinitis.
Un correcto aleteo de piernas es esencial para alcanzar el máximo rendimiento, y esto se consigue si iniciamos el impulso del movimiento desde la cadera y no desde la rodilla como le suele ocurrir en los principiantes.
Si dejamos rígida la cadera, la patada se iniciará desde la articulación de la rodilla, con los consiguientes riesgos de lesión. Ya que la flexión extensión de la rodilla obliga al pie a describir un arco más grande para producir un impulso significativo, lo que aumenta la superficie de rozamiento al desplazamiento.
Ciclismo
En el caso de este deporte, la rodilla es la que más carga de trabajo sufre durante el pedaleo. La tendinitis del rotuliano es la lesión más frecuente, pudiendo afectarse la inserción del polo inferior de la rótula, o el cuerpo tendinoso. Y normalmente se debe a una mala tracción o a un sobreesfuerzo. Los traumatismos repetidos pueden favorecer el desarrollo de condromalacia rotuliana, debido al desgaste o reblandecimiento del cartílago de la rótula y de la tróclea femoral.
En el caso de caída de la bicicleta, un 35% de posibilidad de daño va a la rodilla.
Tenis
En el tenis, como en otros deportes de salto y carrera, la rodilla es receptiva a una lesión debido a los apoyos tan fuertes, con acelerones y frenazos bruscos, con cambios de dirección constantes, etc. Estos movimientos pueden derivar en tendinopatías crónicas, como la del tendón rotuliano, la pata de ganso, el bíceps femoral o el tendón del cuadriceps.
La tendinosis del tendón rotuliano o “rodilla de saltador”, fue la que dejó por ejemplo a Nadal seis meses fuera de la competición.
Otros problemas que nos podemos encontrar en el tenis relacionados con la rodilla son: la condropatía rotuliana, bursitis o inflamación de la grasa de Hoffa,
Montañismo y senderismo
Tanto en el montañismo como en el senderismo hay algo que los diferencia por lo general de la carrera, y es la ascensión y el descenso que se realiza, sombre todo en la montaña. Y esto tiene unas consecuencias muy importantes para la rodilla.
La articulación de la rodilla es una articulación de transito, es decir, que soporta tanto las tensiones ascendentes que provienen de pie-suelo, como las descendentes de muslo-cadera-tronco. En este tipo de deporte, el descenso es la parte con más riesgo y donde más lesiones se suelen producir debido al cansancio acumulado.
La lesión más habitual es la de la cintilla iliotibial. Es un tendón plano que discurre en la cara lateral de la rodilla y que es la continuación de la fascia lata. La cintilla se mueve hacia atrás con la flexión de la rodilla y hacia delante con la extensión. Este síndrome se produce cuando la cintilla fricciona de manera repetida por el sobreuso con el cóndilo externo del fémur en los movimientos de flexo-extensión de la rodilla, provocando la inflamación de la misma.